XVII Conversación Clínica del ICF-E. "Presencia del analista en la cura"

Una pregunta a...

Ricardo Acebedo

Analista practicante. Licenciado en Psicologia. Miembro ELP.

Pregunta de Lorena Oberlin Rippstein

La reformulación del inconsciente freudiano que J. Lacan emprende en el Seminario 11, lo lleva a esclarecer que su concepto de inconsciente es indisociable de la presencia del analista, o dicho de otro modo, el sujeto del inconsciente es lo que se construye en la cura. Dice: "La presencia del psicoanalista…debe incluirse en el concepto de inconsciente" (pág.133) o "La propia presencia del analista es una manifestación del inconsciente" (pág.131). Si la presencia del analista forma parte del inconsciente del analizante: ¿Cómo se explica que en esta conceptualización, la presencia del analista no quede incluida en la repetición? ¿Qué tipo de intervenciones del analista hacen obstáculo a la repetición permitiendo lo nuevo de la transferencia?

En la perspectiva del seminario XI la presencia del analista en la transferencia forma parte efectiva del inconsciente del analizante.

Lacan retoma las dos vertientes de la transferencia (que ya había elaborado en el seminario VIII) para indicarnos la causación del sujeto por el significante y por el objeto. Y el analista está implicado en ambas.

La interpretación favorece la dimensión simbólica en tanto el sujeto rescata en el saber supuesto al analista lo que él es en cuando significado del Otro.

A pesar del anudamiento de saber, demanda y amor, esta vertiente, en su repetición obtura una realidad del inconsciente que aparece en la fugacidad de una pulsación y determina su cierre.

En la otra vertiente, la presencia del analista no conlleva la parte amable del semblante del saber sino que en su deseo determina (por ej con su silencio), la interrogación inquietante (Che Vuoi?) de lo que soy – como objeto-, para el deseo del Otro, cuando el velo fantasmático pierde consistencia.

Es en esta temporalidad cuando la presencia del analista, da cuerpo a lo que ya no podría reabsorberse por el saber significante. Ello conlleva un cese de la repetición de sentido y fecunda la posibilidad de entender la presencia pulsional enraizada en (a) que también tapona lo que podría aparecer de lo real inconsciente.

El esquema De la Nasa –artificio de pesca- que Lacan aporta, grafica la operación referida.
(Sem. XI pág 150/1)

Corresponde al proceder del analista –en posición de semblante de (a) y agente del discurso analítico-, quitar ese tapón.

"…si la transferencia es aquello que de la pulsión aparta la demanda,el deseo del analista es aquello que la vuelve a llevar a la pulsión". Y por esta vía, aísla el objeto a,( al que sirve de soporte) y lo sitúa a la mayor distancia posible del Ideal (que el analizante le adjudica)"
(sem XI pág 281)

El silencio, el corte oportuno de la sesión, el equívoco, el acto analítico en definitiva, son las intervenciones por donde el analista incide en el cese del el automatón transferencial para favorecer lo nuevo del proceso, que no podría advenir sino de un real al que su Presencia hace de vía regia.

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