XVII Conversación Clínica del ICF-E. "Presencia del analista en la cura"
María José Herrera Fernández
Profesora. Psicoanalista. Coordinadora del Seminario del ICF en Murcia.
J. Lacan en el Seminario XXIII, en el capítulo "De lo inconsciente a lo real", introduce la idea que el inconsciente siempre conlleva una referencia al cuerpo y es por ello que se puede distinguir la función de real. En relación a ello añadirá luego, que el psicoanalista solo puede concebirse como un sinthome. Es decir, no se trata del psicoanálisis en sí lo que daría cuenta del sinthome, sino del psicoanalista en su práctica. ¿Cómo entender esta idea, bajo la forma de la presencia del analista en la cura? ¿Cómo entender la presencia del analista en la cura bajo la forma de sinthome?
En “El estadio del espejo” expuesto por primera vez en el Congreso de Marimbead del 36, la relación del sujeto al cuerpo está ligada al narcisismo como vía para poder tener una imagen del propio cuerpo. Cuarenta años después en el 75, Seminario XXIII, Lacan hablará no ya del sujeto sino del parlêtre y afirmará que la única relación que el parlêtre tiene con su cuerpo es de adoración. Pero para poder adorar el cuerpo es imprescindible tener un cuerpo y para ello es condición que los tres registros R-S-I, estén anudados. La teoría de los nudos, un pilar fundamental en la última enseñanza de Lacan, da cuenta de la relación ente los registros enlazados por un nudo borromeo. La condición borromea supone que si uno de ellos se libera, el nudo se desata.
El estudio de Joyce, donde Lacan advierte se trata de un sujeto que no tiene cuerpo en tanto está “desabonado del inconsciente”, le llevará a plantearse la pregunta en torno a cómo es posible que un sujeto para el que no hay nudo entre los registros no esté loco. Lacan entiende que Joyce fue capaz de construir con su arte, concretamente con la escritura un artificio, una invención a la que llamará sinthome. El sinthome sería entonces el cuarto nudo que permite unir los registros .Es un concepto que Lacan inventa para dar cuenta de lo singular en su carácter más absoluto. Del síntoma tal como lo concibe en el año 75, como mensaje a descifrar pasamos al sinthome como letra de goce. La escritura Joyciana fuera de sentido no va en orden al deseo sino que da cuenta del goce de un sujeto para quien no está vedado el carácter traumático que tiene lalengua para cada sujeto.
Entonces la cuestión a plantear sería si “para cada uno hay algo absolutamente singular y que está desabonado del inconsciente” Y la repuesta de Lacan es “que existe la singularidad del Sinthome en cada uno. El Sinthome designa en su singularidad la sustancia gozante. El modo de gozar absolutamente singular es como tal irreductible. Es decir que un resto absoluto singular que no puede ser reducido más allá… Joyce hace paradigma para lo que puede obtenerse del sujeto al final de análisis. Más allá de la identificación con el Sinthome… tenemos su encarnación por parte de Joyce, la obtención de un estatuto que ya no es susceptible de ninguna transformación. La clínica del SINTHOME es una invitación a tomar ese punto de vista sobre el sujeto en análisis”. (1)
Esta perspectiva abrió la puerta a una transformación radical de
Y esto nos conduce a la cuestión
¿Qué lugar para el analista en la clínica del SINTOME?
Introducir está última orientación supone apuntar a la diferencia crucial entre las psicoterapias y el psicoanálisis porque “aislar el psicoanálisis de la terapéutica es la condición para que un análisis puede tener fin” (5).
Pero “si un psicoanalista no juega su partida en relación con el partenaire- psicoanálisis no hay psicoanálisis”(6).Es otra forma de decir que el lugar y el lazo analítico dependen del lazo del analista con el psicoanálisis”(7.)
“Con el psicoanálisis y no con otra cosa” (8). Esa otra cosa que puede ser esa forma derivada, esa vecina, … esa imitación del psicoanálisis que es la Psicoterapia” (9)
Cuáles serían entonces las diferencias fundamentales en las que el Psicoanalista debe de estar advertido
El deseo del analista
Lacan en la página 317 de los Escritos aseveró algo que resuena en el orden de un deber “Un psicoanálisis es la cura que se espera de un psicoanalista…Pero el recién llegado espera del psicoanalista algo muy diferente de un psicoanálisis, espera encontrarse mejor respecto de lo que no anda. Aunque esta tautología parece apuntar a la demanda lo que realmente está en tela de juicio es el deseo del analista. Un deseo que apunta a una responsabilidad, a saber que el psicoanálisis no se reduzca a su aplicación terapéutica sino que tenga una mira distinta. Allí está la responsabilidad” (10) y el deseo del analista
“Introduciendo un más allá de la demanda, que es el deseo, se trata de pensar como eso se produce a través de la transferencia, o facilitado por la transferencia” Trascender la demanda del analizante, supone para el analista “la resistencia a encarnar las distintas modalidades del Otro de la demanda””(11).Esta abstención misma es el deseo del analista”(12).
El destino de la pulsión y la tentación del sentido
En psicoterapia al costo de preservar la omnipotencia del Otro, no se plantea la cuestión del goce. “Se inscribe así en el discurso del amo” (13) apuntando al sentido y al saber sobre el síntoma.
“En psicoanálisis entendemos que el sínthome viene a nombrar el modo de goce del parlêtre, entendido como los efectos de lalaengua sobre el cuerpo. Pero“lalengua” es la lengua fuera de sentido, está hecha de significantes Uno, sólo de S1 cuya función no es trasmitir sentido, sino de articular la relación del sujeto con el goce, como goce UNO”“Podemos pasarnos toda la vida articulando efectos de sentido”, como lo haríamos desde la psicoterapia, “pero lalengua nos burlaría siempre porque escapa a los efectos de sentido y va a continuar asegurando su goce solitario, su goce autista haciendo funcionar sus letras…La cuestión es cómo incidir en lalengua a partir del lenguaje porque en un análisis se habla”.(14). Ciertamente se opera en un análisis con el lenguaje pero el analizante acude a un analista con Un-cuerpo, un cuerpo que es su “única consistencia”, un cuerpo en cuya soledad se coloca un goce del que no se sabe nada. Po eso un análisis es también un encuentro entre dos cuerpos y en este sentido el analista debe de estar advertido tanto de su propio goce como de la demanda pulsional silenciosa del analizante.
La clínica del Sintome por tanto introduce un savoir-faire también para el analista que opera con el lenguaje y con el cuerpo en una clínica que apunta a un más allá.
Citas
(1) J.-A. Miller, Sutilezas, Buenos Aires, Paidós 2011, p.94
(2) Guy Briole Una orientación hacia el sinthome, (texto) U.Polular J.Lacan, 2011
(3) J.-A. Miller, Sutilezas, Buenos Aires, Paidós 2011 p. 94
(4) J.-Lacan, Seminario XXIII El Sinthome, p.18
(5) J.-A. Miller, El lugar y el lazo, Buenos Aires, Paidós 2011, p. 25
(6) J.-A. Miller, ibíd, p. 16
(7) J.-A. Miller, ibíd, p. 17
(8) J.-A. Miller, Ibid, p. 23
(9) J.-A. Miller, Ibid p.102
(10) J.-A. Miller, Ibid p.38
(11) Enric Berenguer, Situación actual de la Transferencia (texto) SeminarioICF. Granada
(12) J.-A. Miller, El lugar y el lazo, Buenos Aires, Paidós 2011, p.105
(13) J.-A. Miller, Ibid p.107
(14) Estela Solano (Coordinadora), Presencia del analista en la cura. Espacio de Investigación madrileño 2002.p.166