Flashes

XV Conversación Clínica del ICF-E. "Homosexuales en análisis"

28/01/2015

Flash de Hector García

En el fondo, Lacan redujo a esto la tragedia de la relación sexual, a saber, que gira en torno de una función no predicativa lo que se distingue de la bisexualidad a la que llegó Freud—. Se destaca que, si hay bisexualidad, esta no obedece a ninguna confusión de los sexos, sino por el contrario a que la relación sexual esté perturbada por el zig-zag de la función fálica.

Miller, Jacques-Alain. (2010). Extimidad, p.385

Respuesta de Antoni Vicens

Psicoanalista miembro de la ELP y de la AMP (AE 2008-2011). Profesor de filosofía de la UAB.

Recuerdo esa lección de Jacques-Alain Miller, más corta de lo habitual, afectado como estaba por la muerte unos días antes de Laurence Bataille. La cita propuesta como flash está al final, y resume una pequeña exploración lógica sobre la función fálica de Lacan, tal como la escribe en los cuantificadores de la sexuación. Esa función no corresponde a una forma proposicional corriente, sino que pertenece al tipo de las funciones llamadas por Russell "en zigzag". Su propiedad es la de no cerrar el conjunto de los objetos a los que se aplica, sino de dejar un elemento a la vez fuera y dentro del conjunto. No hay estabilidad de la función de pertenencia.

Una vez más, Miller busca referentes lógicos que aclaren la singularidad lacaniana de los matemas de la sexuación. Partiendo de la teoría de conjuntos, la base  para pensarlos viene de los axiomas del tipo "nada es todo", o "no hay el conjunto de todos los conjuntos". La obra pionera de Russell es en este punto fundamental; la versión más conocida de su crítica a la totalidad es la paradoja que lleva su nombre; y sus desarrollos lógicos merecen la atención de los psicoanalistas.

A partir de la concepción de una lógica matemática en la que es imposible la totalidad, podemos seguir el trabajo lacaniano de construcción de una función no proposicional. La cuestión se plantea con la función Φx, dicho de otro modo la función fálica. Como función proposicional, tiene un sentido, expresado por el conjunto de las fórmulas fálicas exploradas por Freud: el falo, un sujeto, lo tiene, no lo tiene, lo es, no lo es. Todas estas expresiones, tomadas a la vez, definen una función proposicional que podríamos llamar la función fálica freudiana. Lacan, por su parte, define la función fálica como no proposicional, en el sentido de Russell: cuando se aplica al conjunto, da inevitablemente un elemento exterior que no es una excepción, porque ese elemento, aunque no esté incluido en el conjunto, tiene las exactamente mismas propiedades que los elementos del conjunto. Sea cual fuere entonces el conjunto considerado, esta función no proposicional no valdrá nunca para todos.

Ser hombre y ser mujer no están determinados por ninguna totalización, y su acoplamiento siempre es paradójico. No hay establidad pues en la relación que puedan establecer los hombres y las mujeres entre sí; el encuentro produce siempre algo que queda fuera. El fantasma excluye al partenaire del acoplamiento, y lo entrega a una formulación de goce no incluida. El síntoma se apodera del amor que esté en juego, y hace que el sujeto ponga el cuerpo en el tablero, para un goce que tiende a salir del conjunto.

Escrita así la función de pertenencia como no proposicional, la homosexualidad es una entre otras de las formas de fracasar a la hora de escribir la no relación. El juego del tener o no tener, de ser o no ser, se concreta siempre de manera particular. El homosexual enseña hasta qué punto el partenaire es elegido en tanto permite amar la no inclusión.

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