Flashes

XV Conversación Clínica del ICF-E. "Homosexuales en análisis"

07/01/2015

Flash de Alejandra Atencio

Si el temor a la castración está en el principio de la normalización sexual, no olvidemos que, al tocar sin duda la transgresión que ella prohíbe en el Edipo, afecta igualmente a la obediencia, deteniéndola en la cuesta homosexual.

Pág. 831. J. Lacan, Del Trieb de Freud y del deseo del psicoanalista, Escritos II. Siglo XXI editores, Argentina, 1987.

Respuesta de José Manuel Ãlvarez

AME, mienbro de la Comunidad de Catalunya de la ELP. Psicólogo clínico. Institut Genus. Cas-Nou Barris.

Si insertamos la frase motivo de la pregunta/flash necesariamente en su contexto, Lacan viene planteando que la función del Edipo freudiano es que el Nombre-del-Padre realiza la separación del objeto materno (y de su servicio sexual) por medio de la Ley, siendo la agresión contra el padre (la Muerte del Padre) la que instituye dicha Ley al servicio del deseo. Mostrando por tanto, la función del mito edípico como lo que funda y articula a la vez la Ley al deseo; es decir, lo que se ha venido a llamar la Ley del Deseo.

Términos como interdicción, temor, atadura, prohibición, normalización, transgresión, obediencia, detención, son los eslabones en una serie de párrafos en los cuales el significante homosexual aparece a modo de una piedra arrojada al apacible estanque de la buena moral; esa moral del psicólogo de turno que, -critica Lacan en el texto-, colocando en primer plano la gratificación materna, propone una terapia que infantiliza al adulto, no menos que al propio niño, eludiendo por completo lo que plantea la castración en términos de normalización sexual por un lado, al mismo tiempo, -y aquí viene el apunte clínico-, que oblitera que la incidencia de la misma resulta que también afecta en términos de obediencia hacia el objeto del cual se separa el sujeto! A partir de aquí, obediencia y transgresión irán de la mano respecto al “temor de la castración”, con los subsiguientes rasgos de perversión que se pueden encontrar en un sujeto.

Apunte, siguiendo nuestra lectura, que pone en primer plano la temática homosexual como uno de los restos -si hablamos de “normalización”-, de la operación edípica en la mejor tradición freudiana; ya que el mismo Freud, hasta donde nosotros sabemos, jamás dejó de señalar las tendencias homosexuales en el “desarrollo” sexual del sujeto con sus derivados en rasgos de perversión o como núcleo de la amistad, entre otros; mientras que, por otro lado, apunta a la fijación de goce (“detención en la cuesta homosexual”) en íntima relación a la elección de objeto: elección de lo Mismo (Homo) a expensas de lo Otro (Hetero).

No obstante, y dicho lo cual, habrá que recordar que las posteriores elaboraciones de Lacan respecto del tema de la homosexualidad ahondarán todavía más en esta línea, planteando que no es la relación sexual con una mujer lo que hace hombre heterosexual, ni la relación sexual de una mujer con un hombre lo que la hace igualmente “orientada”, sino su relación con el significante de la castración, es decir, con el falo como significante de la falta.

Llegando años más tarde a radicalizar la cuestión afirmando en el "L’etourdit": "Llamamos heterosexual por definición a lo que ama a las mujeres cualquiera sea su propio sexo". Definición que contiene más enigmas de lo que aparenta...

Compartir

  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Facebook
Este web utiliza cookies. Conozca nuestra política de cookies Si continúa navegando está aceptándola.  
Utilizamos cookies +