XV Conversación Clínica del ICF-E. "Homosexuales en análisis"
Semana del 16 al 22 de febrero
No entiendo pensamientos en el sentido de la alta filosofía, sino lo que podemos experimentar como parásitos del cuerpo vivo, como algo que no está al servicio del cuerpo.
Jacques-Alain Miller
El ultimísimo Lacan. Paidos 2013, pág 198
Lacan en relación a Schreber y la homosexualidad.
"Para Schreber, como para los homosexuales, se puede esquematizar la transformación imaginaria del impulso homosexual en un delirio que hace del sujeto la mujer de Dios, el receptáculo de la buena voluntad y de los buenos modales divinos. Es un esquema bastante convincente, y podemos encontrar en el texto mismo toda clase de modulaciones refinadas que lo justifican. Asimismo, la distinción que hice la vez pasada entre la realización del deseo reprimido en el plano simbólico en la neurosis, y en el plano imaginario en la psicosis, es ya bastante satisfactoria, pero no nos satisface. ¿Por qué? Porque una psicosis no es simplemente eso, no es el desarrollo de una relación imaginaria, fantasmática, con el mundo exterior".
Seminario III, Las psicosis, p.155. Ed. Paidós
"Saben que el psicoanálisis explica el caso del presidente Schreber, y la paranoia en general, por un esquema según el cual la pulsión inconsciente del sujeto es una tendencia homosexual. Llamar la atención sobre el conjunto de hechos que se agrupan en torno a una noción como ésta fue, sin duda, una novedad capital que cambió profundamente la perspectiva sobre la patogenia de la paranoia. En lo tocante a saber, empero, qué es esta homosexualidad, en qué punto de la economía del sujeto interviene, cómo determina la psicosis, creo poder dar fe de que en ese sentido sólo se han esbozado los caminos más imprecisos, incluso los más opuestos. Se habla de defensa contra la supuesta irrupción —¿por qué dicha irrupción en determinado momento?— de la tendencia homosexual. Pero esto dista mucho de llevar consigo su prueba, si se da al término defensa un sentido un tanto preciso; cosa que se evita cuidadosamente hacer a fin de continuar cogitando en las tinieblas. Resulta claro, empero, que hay allí una constante ambigüedad, y que esa defensa mantiene con la causa que la provoca una relación que dista mucho de ser unívoca. Se considera que o bien ayuda a mantener determinado equilibrio, o bien provoca la enfermedad".
Seminario III, Las psicosis, p.48. Ed. Paidós
"Lo que acabamos de poner en evidencia nos permitirá ver, la vez que viene, lo que falta a los dos puntos de vista desarrollados
por Freud y la señora Ida Macalpine.
Freud postula una homosexualidad latente que entrañaría una posición femenina: aquí está el salto. Habla de un fantasma
de impregnación fecundante como si la cosa fuese obvia, como si toda aceptación de la posición femenina implicase por añadidura ese registro tan desarrollado en el delirio de Schreber, y que termina por hacer de él la mujer de Dios. La teoría de Freud es que el único modo que tiene Schreber de eludir lo que resulta del temor a la castración es la Entmannung, la eviración, y sencillamente la desmasculinización, la transformación en mujer: pero, después de todo, como el propio Schreber lo indica en algún lado, ¿acaso no es mejor ser una mujer espiritual que un pobre hombre infeliz, oprimido, hasta ser castrado? En suma, la solución del conflicto introducido por la homosexualidad latente se encuentra en un agrandamiento a la par del universo.
Seminario III, La psicosis, pp.438-439, Ed.Paidós.
“Su crítica ( se refiere a Ida Macalpine) del cliché que se confina en el factor de la represión de una pulsión homosexual, por lo demás enteramente indefinida, para explicar la psicosis, es magistral, y lo demuestra a saciedad en el caso mismo de Schreber. La homosexualidad, supuesta determinante de la psicosis paranoica, es propiamente un síntoma articulado a su proceso".
"De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis" p.526 Escritos II
Lo que hace que el psicoanálisis se presente hoy como la auténtica alternativa para mantener la cuestión gay es que, más allá de las luchas en el plano de lo social por conquistar una dignificación y el reconocimiento de la plena ciudadanía, permite mantener la dimensión subjetiva del gay. Todo sujeto está dividido por su causa particular. Permitir conocerla y decidir sobre el propio deseo es algo que sólo está reservado a la ética del psicoanálisis que mantiene las diferencias sin negar la igualdad de derechos, que sostiene radicalmente la distinción entre diferencia y desigualdad.
Estocolmo-Barcelona. Julio-septiembre de 2005
Eduard Gadea. Bibliografia del Diploma de Estudios Avanzados defendido en Barcelona en mayo de 2006
"...para Freud no se trata tanto de una exigencia nosográfica, sino mas bien de ubicar la variedad de conductas que suelen agruparse abusivamente bajo este término "
Jacques-Alain Miller, Intervención conclusiva al Coloquio franco-italiano de Niza
"Lacan pasó de la clínica de la libido, que todavía era la de Karl Abraham, a una clínica del deseo. La gran diferencia es que la libido clásica tiene un desarrollo, mientras que el deseo no lo tiene (...) el deseo es en el fondo una función errática y sin ley, lo que obligaba a Lacan a adjuntarle siempre el objeto, el fantasma, la causa, para encuadrarlo y alojarlo"
"La clínica de la falta y del deseo cedió el lugar , inmediatamente después, a una clínica del goce (...) aunque el deseo reste insatisfecho, queda el goce, es decir, otra satisfacción"
"El Edipo clásico era el que oponíamos a la perversión, siendo el perverso el que no había accedido a la norma edípica. El Witz de Lacan está hecho para mostrar que el Edipo mismo no es más que una perversión, que no hay la norma, o que dicha norma no es de otra madera que la perversión". *
* Extraído y traducido de Jacques-Alain Miller en su Intervención conclusiva al Coloquio franco-italiano de Niza sobre el tema "¿Gays en análisis?". Jacques-Alain Miller, "Des gays en analyse?", Des gays en analyse?, La Cause Freudienne, nº 55, octobre 2003.
El Seminario, Libro VI - El deseo y su interpretación (1958-1959), Paidós, Buenos Aires, 2014.
"... el narcisismo está involucrado en ese desvío del complejo de Edipo. Las vías ulteriores de la dialéctica que arrastrará al sujeto por el camino de la homosexualidad nos confirman la cosa" (p. 121).
"Nuestra experiencia de la homosexualidad no se definió más que a partir del momento en que se empezó a analizar a los homosexuales. En un primer tiempo, no se los analizaba" (p. 407).
"El desarrollo del análisis muestra pues que la homosexualidad está muy lejos de ser una exigencia instintiva primordial, y que no podemos identificarla con una pura y simple fijación o desviación del instinto" (p. 408).
"... hete aquí que nos damos cuenta de que la imagen del falo como un apéndice que, en una primera creencia, el sujeto atribuye a la mujer en la medida en que aún no estaría castrada no es la última palabra del asunto" (p. 408).
Eric Laurent, "Ni Ganymède, ni made in gay", Des gays en analyse?, La Cause Freudienne, nº 55, octobre 2003.
"Au-delà de toute communauté identificatoire, la théorie queer insiste sur la particularité de sujets qui veulent inventer une sexualité «différente» au sein du même. À la différence du mouvement gay qui mettait l'accent sur la communauté, le queer, c'est la communauté plus la différence retrouvée" (p. 51-52).
"Les demandes d'analyse émanant de sujets homosexuels sont nombreuses. Elles témoignent avant tout de leur diversité (...) Loin d'une classification de l'homosexualité à partir d'une «perversion» d'un supposé instinct sexuel garantissant au nom de la nature la conjonction des sexes, l'analyste peut témoigner de la diversité de la façon dont chacun fait face à l'impératif surmoïque du «jouis» (...) Il y a des homosexualités perverses, névrotiques, psychotiques, ordinaires" (p. 53-54).
Jacques-Alain Miller y Eric Laurent, "La relación corporal", en Jacques-Alain Miller, Piezas sueltas, Paidós, Buenos Aires, 2013.
"Se trata de una verdadera crítica del fin de la cura tal como lo preconiza el psicoanálisis estándar, que toma como éxito el hecho de que el sujeto se haya identificado, que se considere hombre o mujer, o incluso gay o lesbiano (p. 413).
"La mujer no existe y el hombre tampoco A fin de cuentas esa es la vuelta que agregan esos discursos que solo reconocen semblantes" (p. 414).
"(...) Lo que estos estudios de género proponen radicalmente a partir del discurso acerca de la sexualidad es hacer una política no identitaria, impedir que tenga lugar el reconocimiento de cada uno bajo su categoría, impedir que tenga lugar el goce que cada uno extrae de estar en tal o cual categoría" (p. 416).
"Mas allá del borramiento de la diferencia entre función paterna y función materna y de la inter- cambiabilidad de la autoridad y del cuidado- que las recientes innovaciones jurídicas, por otra parte, vuelven manifiestas al modificar las condiciones de transmisión del nombre patronímico- es la diferencia hombre /mujer lo que es también tocada."
Un neologismo de la actualidad: La parentalidad. Marie-Hèléne Brousse
"El sueño de la razón" ¿qué quiere decir? Que la razón favorece que se permanezca en el sueño.
Jacques Lacan
Mi enseñanza. Paidos 2007, pág. 106.
Fragmento de análisis de un caso de histeria 1905 (1901)
"Tras el itinerario de pensamientos hipervalentes que la hacían ocuparse de la relación de su padre con la señora K. se escondía, en efecto, una moción de celos cuyo objeto era esa mujer; vale decir, una moción que sólo podía basarse en una inclinación hacía el mismo sexo." (P.53)
"En circunstancias favorables, la corriente homosexual a menudo se seca después; pero cuando no se obtiene dicha en el amor por el hombre, es despertada de nuevo por la libido en años posteriores y acrecentada con diversos grados de intensidad. Entonces, si en la personas sanas se puede comprobar sin esfuerzo (según acabamos de exponerlo), las observaciones anteriores que hicimos (p.45) acerca de los gérmenes normales de perversión más acusados en los neuróticos, nos hacen esperar también una más fuerte disposición homosexual en la constitución de estos últimos. Y ha de ser así, pues nunca he realizado el psicoanálisis de un hombre o de una mujer sin observar una muy acusada corriente homosexual de esta clase. En mujeres y muchachas histéricas cuya libido dirigida al hombre ha experimentado una sofocación enérgica, por regla general hallamos reforzada vicariamente, y aun consciente en parte, la libido dirigida a la mujer." (p.54)
Tres ensayos de la teoría sexual (1905)
La idea que plantea Freud es la no determinación de la pulsión en la elección del objeto sexual, sino alguna vivencia infantil y su subjetivación como causas de una elección.
"La experiencia recogida con los casos considerados anormales nos enseña que entre pulsión sexual y objeto sexual no hay sino una soldadura, que corríamos el riesgo de no ver a causa de la regular correspondencia del cuadro normal, donde la pulsión parece traer consigo al objeto. Ello nos prescribe que debemos aflojar, en nuestra concepción, los lazos entre pulsión y objeto. Probablemente, la pulsión sexual es al comienzo independiente de su objeto, y tampoco debe su génesis a los encantos de este." P.134
Fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad (Freud, 1908)
"El síntoma histérico es la resultante de (entsteht) un compromiso o transacción entre dos mociones [fuerzas] pulsionales o afectivas opuestas [contrarias] (gegensätzlichen), una de las cuales presiona en el sentido de expresar o exteriorizar una pulsión parcial o una de las componentes de la constitución sexual, mientras que la otra presiona en el sentido de suprimirla [sofocarla] (unterdrücken).
Muestra que la solución de muchos síntomas no es suficiente su referencia a una fantasía sexual inconsciente, o a una serie de fantasías una de las cuales, la más importante y originaria, es de naturaleza sexual, sino que para la solución de aquellos hacen falta dos fantasías sexuales, de las que una posee carácter masculino y femenino la otra, de suerte que una de esas fantasías corresponde a una moción homosexual"
"…un síntoma histérico corresponde necesariamente a un compromiso entre una moción libidinosa y una moción represora, pero además de ello puede responder a una reunión de dos fantasías libidinosas de carácter sexual contrapuesto"
Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos (1925)
"…todos los individuos humanos, a consecuencia de su disposición {constitucional} bisexual, y de la herencia cruzada, reúnen en sí caracteres masculinos y femeninos, de suerte que la masculinidad y feminidad puras siguen siendo construcciones teóricas de contenido incierto." P-276
Fetichismo 1927
En los últimos años tuve oportunidad de estudiar analíticamente cierto número de varones cuya elección de objeto era regida por un fetiche. Para decirlo con mayor claridad: el fetiche es el sustituto del falo de la mujer (de la madre) en que el varoncito ha creído y al que no quiere renunciar… ;en lo psíquico la mujer sigue teniendo un pene, pero este pene ya no es el mismo que antes era. Algo otro lo ha remplazado; fue designado su sustituto, por así decir, que entonces hereda el interés que se había dirigido al primero. Y aún más: ese interés experimenta un extraordinario aumento porque el horror a la castración se ha erigido un monumento recordatorio con la creación de este sustituto. Como stierna indelebilc de la represión sobrevenida permanece, además, la enajenación respecto de los reales genitales femeninos, que no falta en ningún fetichista. Ahora se tiene una visión panorámica de lo que el fetiche rinde y de la vía por la cual se lo mantiene. Perdura como el signo del triunfo sobre la amenaza de castración y de la protección contra ella, y le ahorra al fetichista el devenir homosexual, en tanto presta a la mujer aquel carácter por el cual se vuelve soportable como objeto sexual.
Probablemente a ninguna persona del sexo masculino' le es ahorrado el terror a la castración al ver los genitales femeninos. ¿Por qué algunos se vuelven homosexuales a consecuencia de esa impresión, otros se defienden de ella creando un fetiche y la inmensa mayoría la supera? He ahí algo que por cierto no sabemos explicar. P-149
El malestar en la cultura (1930 Freud)
"Algún material psicoanalítico, incompleto e incapaz de ofrecer indicaciones ciertas, admite al menos una conjetura —que suena fantástica—acerca del origen de esta hazaña de la humanidad. Es como si el hombre primordial soliera, al toparse con el fuego, satisfacer en él un placer infantil extinguiéndolo con su chorro de orina. De atenernos a sagas registradas, no ofrece duda ninguna la concepción fálica originaria de las llamas que se alzan a lo alto en forma de lenguas. La extinción del fuego mediante la orina —que retoman los modernos gigantes Gulliver, en Lilliput, y el Gargantúa de Rabelais— era por tanto como un acto sexual con un varón, un goce de la potencia viril en la competencia homosexual. Quien primero renunció a este placer y resguardó el fuego pudo llevarlo consigo y someterlo a su servidumbre. Por haber ahogado el fuego de su propia excitación sexual pudo enfrenar la fuerza natural del fuego. Así, esta gran conquista cultural habría sido el premio por una renuncia de lo pulsional." P.89 nota al pie de Freud posterior a la escritura de esta obra.
Sobre la sexualidad femenina (Freud 1931)
"En el varón, sin duda, resta como secuela del complejo de castración cierto grado de menosprecio por la mujer cuya castración se ha conocido. A partir de ese menosprecio se desarrolla, en el caso extremo, una inhibición de la elección de objeto y, si colaboran factores orgánicos, una homosexualidad exclusiva." P-231
"La mujercita, aterrorizada por la comparación con el varón, queda descontenta con su clitoris, renuncia a su quehacer fálico y, con él, a la sexualidad en general, así como a buena parte de su virilidad en otros campos. La segunda línea, en porfiada autoafirmación, retiene la mascuíinidad amenazada; la esperanza de tener alguna vez un pene persiste hasta épocas increíblemente tardías, es elevada a la condición de fin vital, y la fantasía de ser a pesar de todo un varón sigue poseyendo a menudo virtud plasmadora durante prolongados períodos. También este «complejo de mascuíinidad» de la mujer puede terminar en una elección de objeto homosexual manifiesta." p-231
ERNEST JONES. La fase precoz del desarrollo de la sexualidad femenina
Lacan en su escrito Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina (1958), hace referencia al siguiente artículo de Jones presentado en el congreso internacional de Innsbruk 1927.
"Jones, en su artículo, inaugural de la serie, sobre. el primer desarrollo de la sexualidad femenina, parte de su experiencia excepcional de la homosexualidad en la mujer y toma las cosas en un medium que tal vez hubiera hecho mejor en sostener. Hace bifurcarse el deseo del sujeto en la elección que se impondría a él entre su objeto incestuoso, aquí el padre, y su propio sexo. El esclarecimiento que resulta de ello sería mayor si no se quedase corto al apoyarse en la solución demasiado cómoda de la identificación." Lacan
Artíulo original:
http://www.pepweb.org/document.php?id=IJP.008.0459A
The early development of female sexuality International Journal of Psycho-Analysis, Vol VIII, Out 1927
Artículo traducido al español:
http://www.sauval.com/angustia/e-jones.htm
Incluido en “La sexualidad femenina” editorial Homo Sapiens 1979
Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina (1958)
Una observación mejor armada despejaría, al parecer, que se trata más bien de un remplazo del objeto: podría decirse de un desafío reemplazado. El caso princeps de Freud, inagotable como de costumbre, nos hace percatarnos de que ese desafío toma su punto de partida en una exigencia del amor escarnecida en lo real y que no se contenta con nada menos que con permitirse los lujos del amor cortés.
Si este amor más que ningún otro se jacta de ser el que da lo que no tiene, esto es ciertamente lo que la homosexualidad hace a las mil maravillas en cuanto a lo que le falta.
No es propiamente el objeto incestuoso el que ésta escoge a costa de su sexo; lo que no acepta, es que ese objeto sólo asuma su sexo a costa de la castración.
Lo cual no significa que ella renuncie por ello al suyo: al contrario, en todas las formas, incluso inconscientes, de la homosexualidad femenina, es a la femineidad adonde se dirige el interés supremo, y Jones en este aspecto ha localizado muy bien el nexo de la fantasía del hombre, invisible testigo, con el cuidado dedicado por el sujeto al goce de su compañera.
Freudiana 16 "El inconsciente intérprete" Miller
A veces, por ejemplo, un hombre histérico habla de que se ve agitado por una cosa misteriosa que lo mueve, algo raro que no puede explicarse muy bien y se pregunta si es homosexual o no y a veces hasta puede ser mejor decir no, dar consistencia en el buen sentido.
Más allá de eso y retomando ese paralelismo que plantea Lacan entre Dora y la joven homosexual, podemos decir que en cierto modo la cuestión de Dora es del lado de la mujer, en cambio la cuestión de la joven homosexual es del lado del hombre. Ella se pregunta porqué los hombres no cumplen con las promesas, el engaño queda del lado del padre y no del suyo, para ella se trata del misterio del hombre. Por eso luego tendrá que demostrar cómo debería ser un hombre, como debería comportarse un hombre con una mujer. El hecho de hacer un lugar a la homosexualidad femenina parece una consecuencia del tema del Seminario: la sexualidad femenina, porque hace aparecer inmediatamente al objeto fálico a partir de la falta, que se pone más en evidencia porque el amor para la mujer —como ser carente— aparece totalmente depurado. Lacan alude luego al bundling y al amor cortés para mostrar lo que hay de perverso en eso, en tanto que es una maniobra que no cumple con la relación sexual normal. P-40
La aparición de un elemento real perturba; en el ejemplo de la joven homosexual, el elemento real es el niño dado a la madre. Hay que interpretar eso. La joven homosexual lo interpreta como que los hombres no saben dirigirse realmente a una mujer, que engañan, que ella misma ha sido engañada y que hay que hacer el trabajo de los hombres porque no lo hacen bien. Ella lo va a demostrar. p-47
BIBLIOGRAFÍA "ON LINE"
Castanet, H. "Homoanalizantes", Entrevista, www.lacanquotidien.fr, nº 352 (1ª parte), Noviembre 2013
La referencia a la sexuación aleja de una clínica que optaría por la construcción de las identificaciones. Estas últimas, sobre las ruinas del patriarcado, se despliegan a partir de los significantes-amo y del Nombre-del-Padre. La identificación, así concebida, es siempre normativa: participa de ideales y produce los conformismos imaginarios. Al contrario, nosotros más bien tenemos como punto de referencia cómo cada analizante trata su goce, permitiendo la emergencia de un deseo vivo, incluso modesto. El bricolage singular es la forma concreta de este tratamiento no sin el Otro que erosiona el goce Uno, radicalmente cerrado, autista en su base. A este bricolage, Lacan le da el nombre de sinthome.
Fajnwaks, F. "Real, Simbólico e Imaginario de la familia" www.virtualia.eol.org.ar, nº 26, Junio 2013
Si ser homosexual implicaba, hace algunos décadas, asumir la marginalización que la represión social imponía a una práctica que estuvo condenada hasta no hace mucho como un delito, se puede entender, aceptar y sostener la reivindicación de las parejas homosexuales para hacer reconocer su existencia por la ley, en la perspectiva misma de fundar una familia a la manera de las familias heterosexuales. A esto el psicoanálisis no tiene nada que oponer ni que objetar, ya que su presencia misma en la civilización favoreció el reconocimiento de deseos que condujeron a las reivindicaciones actuales para hacer reconocer, por la vía legal, los estilos de vida existentes, a la vez que permitió y acompañó una cierta distensión en las costumbres sociales a lo largo del siglo XX.
Cottet, S. "Préliminaires freudiens avant la publication des bans", www.lacanquotidien.fr, nº 284, Febrero 2013
La homosexualidad forma parte del programa de la libido; si la sexualidad infantil deviene un paradigma, incluye la bisexualidad en la elección de objeto en la ignorancia de la diferencia anatómica. Ambos padres son del mismo sexo: el falo para todos. La invocación de la "perversión polimorfa" como una aberración llamada a ser superada por un desarrollo normativo es un credo evolucionista que se enfrenta al real de la pulsión. Siempre hay un resto de las primeras fijaciones, una coexistencia de las diferentes etapas: nada se pierde en los primeros trazos de goce. Por otra parte, en el desarrollo de su teoría, Freud pasa de una concepción por etapas y pre-edípica a una concepción estructural; la homosexualidad no es más un resto arcaico de la sexualidad infantil, sino un modo de goce donde los avatares son los mismos que en cualquier elección de objeto: es lo que se aprende en el análisis de los homosexuales.
Trauma, seducción, enredos familiares, etc., los sujetos no vienen a análisis para normalizarse sino para resolver los conflictos, como todos los demás. Por último, hay una carta conocida de Freud a una madre americana de 9 de abril 1935 (en correspondencia 1873-1939), donde le asegura la normalidad de su hijo homosexual, y donde Freud denunció la crueldad de la que son objeto.”. (Tradución M. Cruz Fernández)
Aflalo, A. "Las psicoterapias del Ideal", www.virtualia.eol.org.ar, nº 6, Junio-Julio 2006
Las llamo de este modo porque promueven claramente el ideal como objetivo terapéutico. Pero ellas integran todos los datos del comportamentalismo y del cognitivismo. Podemos reagruparlas en cuatro rúbricas: las psicoterapias de grupo; las psicoterapias familiares; las psicoterapias de pareja y las psicoterapias sexológicas.
Las psicoterapias sexológicas hacen existir el espejismo de la relación sexual. …..
Todas estas psicoterapias se fundan en la idea de que el síntoma está causado por la sociedad. Error que ya hemos denunciado. El tratamiento consiste por lo tanto en proponer nuevos sistemas ideales que finalmente estarían adaptados. El tipo de sistema varía con el ideal del terapeuta que deviene él único criterio de adaptación. Este tipo de psicoterapias redobla la estructura del síntoma. En efecto el ideal limita el goce del sujeto en el grupo. Pero la Massen psychology de Freud no deja ninguna duda posible: el ideal no puede jamás satisfacer a la pulsión. Por el contrario, el renunciamiento al goce se paga con un reforzamiento siempre más intenso del superyó que se torna feroz. Y el síntoma del sujeto se refuerza cada vez más. Proponer reemplazar el ideal del sujeto por el del terapeuta puede producir efectos de sugestión a veces apaciguadores pero, ¿por cuánto tiempo? El psicoanálisis no prejuzga nunca sobre el bien del sujeto. Por ello, no funciona con el “para todos” sino con el “uno por uno”. No cura con los ideales, lo que no quiere decir que todo vale.
Miller, J.A. "El Niño entre la mujer y la madre", www.virtualia.eol.org.ar, nº 13, Junio-Julio 2005
Así, la demostración de Lacan procede sucesivamente en tres tiempos, se desarrolla en tres escansiones en el Seminario. La demostración de que el objeto sólo encuentra su lugar adecuado si se ordena de acuerdo con la función de la castración, pasa, en primer lugar por la homosexual femenina, en quien las consecuencias de la decepción debido a la falta del don paterno del objeto niño como sustituto de la falta fálica llegan a hacer de la mujer, objeto electivo de un amor que da una lección al padre. Es la demostración, por parte de Lacan, de que el amor de la joven homosexual por la mujer es un amor que le da al padre una lección, le enseña cómo se puede, cómo se debería amar a una mujer.
Alemán, J. "Lacan, Foucault: el debate sobre el 'construccionismo'", virtualia.eol.org.ar nº 7, Abril-Mayo 2003
Por eso veremos que los cuatro términos que cruzan el sentido del hablante, hombre-mujer-homosexual-heterosexual son "equivocados" por la escritura. Esta ya no proviene solo del mathema sino que se obtiene por tachaduras de la literalidad, fragmentación de palabras, traslados etimológicos. La lógica de la sexuación rompe el sentido del género de hombre-mujer heterosexual-homosexual. El hombre, universal genérico, se vuelve un L.O.M.B.R.E. (aquí castellanizo el neologismo francés un L.O.M. que Lacan ha producido en su lectura de Joyce, la escritura homofónica LOMBRE, muestra singular del goce joyceano, se transforma en una escritura psicoanalítica, en una sucesión de letras y puntos que llega a ser un puro sin sentido. Un L.O.M.B.R.E. ya no es la mera homofonía al modo joyceano, sino que indica la identificación al síntoma en quien no está dividido por el goce.
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